10/12/2015

RESEÑA: SHOKUGEKI NO SOMA


Y para no perder la costumbre, he aquí la reseña de la semana. Si bien en mi último review destaqué a un anime de este año que había sido lo que yo considero, bastante bueno, siguiendo por ese mismo camino hoy traigo una serie que apenas se ha terminado mis ganas por una segunda temporada son tantas que duele. Oh sí, la objetividad se va a la basura por animes como este, sobre todo para alguien que en lo personal, le encanta el mundo de la gastronomía y que FINALMENTE ha podido ver un anime decente sobre el género culinario. 




Shokugeki no Soma es un manga creado por Yuuto Tsukuda y Saeki Shun (guion e ilustración respectivamente) el cual se publicó en la Weekly Shonen Jump desde noviembre de 2012. El nuevo bebé de la Jump gracias a su éxito, fue llevado por el estudio J.C Staff al anime en 2015, bajo la dirección de Yoshimoto Yonetani (al cual sólo conozco por las películas de Tiger & Bunny).

Sinopsis: Yukihira Souma es un chico que sueña con ser un chef mejor que su padre. Un día, el padre de Souma decide cerrar Yukihira, el restaurante de su padre y él, e irse a trabajar a Europa, a los mejores restaurantes del mundo. Debido a eso, el padre de Souma le lanza un reto: Ser el mejor estudiante de la escuela privada Tootsuki. Aceptando el reto de su padre, se marcha a Tootsuki, pero al llegar, se entera de que solo el 10% de los estudiantes son capaces de graduarse. Sin tener ni una pizca de miedo, Souma se lanza a la piscina llena de tiburones que es Tootsuki con sus dotes de cocina como arma. ¿Podrá Souma sobrevivir a la más dura y mejor academia de cocina del mundo?

Desde tiempos inmemorables creo que la mayoría de las personas se han planteado que para hacer una buena historia, ésta tiene que ser complicada, con personajes intrigantes, millares de teorías y hasta trasfondos psicológicos. Vengo a refutar esa idea diciendo, que muchas veces la simplicidad es la verdadera clave para la elegancia.

Con esto no estoy diciendo que Shokugeki no Soma sea una serie “elegante” ni una “obra maestra”. Pero posee un argumento creativo que con una base sólida se va desenvolviendo, de manera algo atropellada los primeros episodios, pero una vez que ha agarrado la marcha empieza a mostrar su verdadero atractivo. 

El punto fuerte de la serie recae directamente en el hecho de que nunca pierde su objetivo. Nos plantean un inicio y un final y van desde ambos puntos sin detenerse en ninguna particularidad que podría llamarse “relleno” o innecesaria. A la historia se le suman los personajes, algunos con los estereotipos más trillados que he visto desde hace años (la chica “moe”, la “tsundere”, el típico protagonista shonen cuya sexualidad parece totalmente nula o sólo enfocada en su pasión, en este caso la cocina) pero de alguna manera, Shokugeki los convierte en mínimamente interesantes y más que sus backstories (las que me parecen no tuvieron demasiada importancia en la mayoría de los casos), los momentos que se viven en la serie los hacen resaltar y de una manera que automáticamente vuelve a la serie adictiva. Pero como mencioné, a pesar de tener tantos personajes y que de alguna manera pudieron equilibrar la balanza para que cada uno tuviera sus minutos de estrellato, en algunos momentos parece que son demasiados y muchos que se habían presentado con una premisa fuerte se fueron dejando un poco fuera del margen para presentar a otro y así seguir el ciclo interminable de desarrollo que parece de alguna manera, incompleto.
  
Pero en el aspecto que más importa, que es nada más y nada menos que la comida, la serie supo explotar su potencial con excelencia. Con sólo decir que tuve que acostumbrarme a comer algo cada vez que veía un episodio ya que si no lo hacía la boca se me hacía agua y me daba un hambre descomunal, Shokugeki da esos mismos efectos que los programas culinarios llenos de foodporn (algo que nunca me hubiera esperado de una animación), con esas descripciones tan detalladas y exactas de los platos y aquellas reacciones orgásmicas de los personajes al probar la comida lo único que dan son las mismas ganas de comer.


Y aprovecho, hablando de orgasmos culinarios (y es que no hay otra forma de referirse a ellos), he leído opiniones tanto buenas como malas sobre éstos, pero me alegra decir que resaltando que es una serie con el género “ecchi” (que tanto desprecio), las escenas dedicadas a esto no es que hayan sido mínimas, pero no lo suficiente exageradas para ser una molestia. Sí, debo decir que en los primeros episodios todavía los odiaba, pero ya no puedo decir si fue la costumbre o la manera que los redujeron notablemente (o les agregaron más pinceladas cómicas para que la broma sexual no chocara tanto) que desde la segunda mitad ya me había encontrado riéndome a carcajadas por las exageraciones de los personajes reaccionando a los platillos y rápidamente éstos se convirtieron en algo obligatorio de Shokugeki no Soma como si de una firma personal se tratara.  

Y ya finalizando, este anime se terminó con un final abierto. Ahora, no me gusta mucho opinar sobre las series como tal de esta manera cuando no han culminado en su totalidad, pero cuando te hacen la maldad ya tienes que vivir con eso. El final, igual que a muchos no me gustó, estuvo inconcluso y me dejó en la terrible espera de una nueva temporada que quizás salga, quizás nunca y es imposible saber si una segunda le hará tanta justicia a la primera. Sólo me conformaré entonces dándole mi nota a esta primera parte esperándo que en un futuro no muy lejano tenga la oportunidad de hablarles de la continuación de Shokugeki no Soma, pero en lo que ésta respecta, es una serie que ha hecho todo menos decepcionarme por los puntos ya expuestos.

NOTA: 8/10

Todos los que hayan leído el manga (o que al menos hayan visto una que otra ilustración de éste como es mi caso), sabían perfectamente que lograr un arte tan elaborado para el anime sería una misión imposible. Sin embargo, J.C Staff supo defenderse con su trabajo, dándonos la animación que considero le hizo el mínimo de justicia y es que de verdad se ve bastante bien.

Tiene sus momentos que decae y los diseños de personaje creo que no tienen ninguna particularidad que me gustaría resaltar, ¿pero en qué se llevan todo el crédito? Los platillos. La comida como ya dije antes, siendo detallada de una manera tan cuidadosa hacía que me diera hambre, pero claro que el factor visual también era de lo más importante para lograr este efecto, juntos alcanzaron su cometido. Los colores son muy variados pero no chillones, dando esa atmósfera cálida que encuentro muy agradable para la vista y respecto a la fluidez o movimientos, en las escenas de cocina podíamos apreciar como la calidad subía de golpe dando más de un segundo en donde la animación brilló por sí sola. 

NOTA: 8/10

Kibo no Uta” de ULTRA TOWER y “Rising Rainbow” de Misokkasu son buenos temas de apertura. En especial el segundo, que me daba algo de gracia ver que tan dramático podrían convertir el concepto de una serie culinaria. Por otro lado los endings como “Spice” de Tokyo Karankoron y “Sacchan no Sexy Curry” son canciones más divertidas junto con la animación de cada uno y no, ninguno ha de ser memorable pero al menos en la parte de openings puedo decir que los disfruté bastante.

La banda sonora compuesta por Tatsuya Kato (Free!, Mirai Nikki) es buena, pero no me parece que explotó su potencial en los momentos que debía. Sí, hay temas bastante destacables en todo el soundtrack, pero las escenas utilizadas para estos no diría que las opacaron, sino que no se supieron mezclar del todo bien. Por sí solos, son temas que disfruto mucho pero me cuesta un poco identificarlos a la hora de verlos en la serie.

Megumi terminó siendo de mis
personajes favoritos.
Yoshitsugu Matsuoka y Risa Taneda tienen ese tipo de voces que son reconocibles al segundo. La mayoría del cast hace un trabajo más que aceptable, sobretodo esos dos que en lo personal me fascina escucharlos. La única persona que creo que no pudo nunca gustarme la elección de personaje, fue a Shizuka Ishigami con el papel de Nikumi, simplemente la voz no me pega. Pero otros como Minami Takahashi como Megumi o Takahiro Sakurai como Isshiki no podría imaginármelos con otro actor de voz (sobre todo con el segundo, dios). 


Shokugeki no Soma fue una serie que empecé a ver, y que automáticamente dejé porque el primer capítulo me pareció terrible. Luego de mucha insistencia de más de un amigo la continué viendo, y puedo decir con seguridad que este anime se merece la segunda oportunidad. Es algo simple y divertido, no nos vamos a encontrar con dudas existenciales y teorías filosóficas aquí, pero ¿unas risas y mucha hambre? Seguro.

Como un buen shonen, creces para enamorarte de los personajes y sin que te des cuenta ya no te quieres despegar de la pantalla para ver el siguiente episodio. Lamentablemente no pudimos ver en qué culmina todo esto, pero al menos con estos 24 capítulos que se me han pasado súper rápido, puedo darle a Shokugeki mi voto de confianza y decir que hasta este punto, está en mi top de favoritos del año.

NOTA: 8/10




2 comentarios:

  1. Termine Shokugeki hace unos días y opino igual que vos (a excepción de lo del ecchi... a mi me dio risa desde el primer capítulo). Yo espere a que terminara para maratonearlo, y se me paso rapidisimo. También a mis favoritos de este año, ojalá que tenga segunda temporada. Creo que el propósito de ese final abierto es que todos vayamos a leer el manga, cosa que haré dentro de poco.

    ¡Buena reseña, saludos!

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    1. ¡Gracias por comentar, Ann! Jaja la verdad yo soy ese tipo de personas que le tiene fobia al ecchi, pero a Shokugeki aprendí a perdonárselo. Yo también espero la segunda temporada, pero bueno al menos tenemos el manga que ya lo he empezado (el arte es magnífico). Nos leemos.
      ¡Besos!

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